EL IMPACTO DE LA CORROSIÓN

La corrosión se define como el ataque destructivo y deterioro que ocurre en un material, como consecuencia de las reacciones químicas que se produce entre el material y el ambiente que le rodea.

Comúnmente conocemos la corrosión como el fenómeno destructivo que sufren los metales al oxidarse, pero en los materiales no metálicos como plásticos, vidrios o maderas sufren un efecto de envejecimiento y destrucción del material si se encuentran expuestos a ambientes industriales, ácidos u agentes químicos u otros ambientes capaces de alterar y romper la estructura interna del material, por ejemplo el vidrio se corroe ante la presencia de productos altamente alcalinos, el hormigón se corroe ante la presencia de aguas ricas en sulfatos, etc…

A nivel estructural y mecánico la corrosión debilita la estructura interna del metal haciéndolo frágil y quebradizo, de tal forma que no cumpla con los requerimientos con los que fue diseñado, pudiendo ocasionar accidentes en estructuras que requieran ciertos niveles de seguridad como por ejemplo balcones, barandillas, soportarles, escaleras, estructuras de vehículos como barcos, aviones, etc…

A nivel estético la corrosión aporta un aspecto negativo dando lugar a una sensación de dejadez y envejecimiento e inseguridad, ¿te subirías a un avión que estuviese totalmente oxidado y corroído?

A nivel económico la corrosión sobre los metales causan grandes pérdidas monetarias a nivel mundial, pérdidas producidas por paradas productivas en fábricas por corrosión en elementos que componen parte de las maquinarias industriales, pérdidas por corrosión en tuberías las cuales producen fugas de los elementos líquidos o gaseosos que las transportan…

Ante los diversos problemas que produce la corrosión y el volumen de estas cifras, resulta de vital importancia proteger a los metales frente al fenómeno de la corrosión, es por ello la importancia de la pintura, así como de otros métodos como el galvanizado, anodizado, protección catódica, etc…, como función protectora frente a la corrosión de las superficies metálicas pintadas.

En un estudio reciente indica que ¼ del acero producido a nivel mundial, se destina exclusivamente a reponer estructuras corroídas u oxidadas que no realizan sus funciones correctamente.