QUÍMICA Y FARMACÉUTICA

Los fabricantes farmacéuticos tienden a ser obsesivos con la calidad y la seguridad. Son muy adversos al riesgo, y comprensiblemente así. Las mediciones de la actividad del agua representan una gran oportunidad para obtener información más clara y detallada sobre sus prácticas de formulación, fabricación, envasado y almacenamiento.

Mediante la medición de la calidad del agua en un producto "cuánto está libre de enlaces físicos y químicos" en comparación con la cantidad, pueden determinar la eficacia de varios métodos de preservación, asegurar la calidad de las materias primas, vigilar y prevenir cambios y deterioro durante Almacenamiento y prueba y mejora del empaque. Las pruebas de actividad del agua también pueden ser útiles.
En la validación de las fechas de caducidad de los productos, el monitoreo de la estabilidad física, química y microbiana de los fármacos en condiciones de uso y como un método de cribado para desencadenar pruebas microbiológicas más extensas para la contaminación y las impurezas.
El agua es fundamental para la estabilidad química, física y microbiológica de la mayoría de los productos farmacéuticos. Se formulan, fabrican y envasan cuidadosamente para evitar el deterioro y preservar la dosificación correcta, tanto química como físicamente. Tradicionalmente, esto llevó a los formuladores y fabricantes a monitorear el contenido de agua. Las mediciones de la actividad del agua son una herramienta poderosa en la formulación, fabricación, envasado y almacenamiento de medicamentos y cosméticos no-estériles, sin receta médica.

La actividad del agua se mide colocando una muestra en una cámara cerrada y permitiéndole alcanzar el equilibrio. A continuación se mide la presión de vapor de agua del aire sobre la muestra y la actividad del agua se expresa como la relación de esta presión de vapor de muestra a la presión de vapor de agua pura a la misma temperatura. Una muestra con actividad acuosa de 0 es completamente seca, mientras que 1,0 es la actividad acuosa del agua pura. Al medir y controlar la actividad del agua de una formulación, los científicos pueden aumentar su estabilidad y reducir o eliminar el riesgo de crecimiento microbiano. El crecimiento de microorganismos específicos está limitado por debajo de determinadas actividades acuáticas específicas.